La cappella progettata dagli architetti Daniel Cella, Pedro Peralta e Lucia Cella, risalta nel paesaggio della selva argentina: è luogo di preghiera e allo stesso tempo memoriale dell’opera missionaria che qui compirono i Gesuiti dal XVII secolo.
Dal colle di Santa Ana nella regione chiamata Misiones, in territorio argentino, si guarda oltre i boschi verso il Paraguay. Qui giunsero i Gesuiti nel XVII secolo, a portare il Verbo tra i Guaraná: che lo accolsero e trovarono nel cristianesimo non solo ragione di nuove speranze, ma anche occasione di sviluppo economico.
Le “reducciones” stabilite dai Gesuiti si fondavano su sistemi di produzione agricoli che permettevano un notevole sviluppo economico. Le opposizioni furono subito forti: mercanti di schiavi subito tentarono di opporsi delle missioni gesuite. E a metà del XVIII secolo un accordo di spartizione territoriale raggiunto da Spagna e Portogallo previde la ricollocazione delle popolazioni residenti nella zona delle Misiones. Seguirono scontri, devastazioni: la condizione descritta nel film “The Mission” del 1986.
Per quanto i Gesuiti fossero soppressi in quel periodo, per volere delle monarchie portoghese e spagnola, in quel territorio, rigogliosissimo e molto vasto, restò memoria dell’opera civilizzatrice compiuta. E restò il nome Misión a caratterizzarlo.
In questi anni la zona è divenuta parco, chiamato “De la Cruz de Santa Ana” e una grande croce è stata innalzata a memoria dell’opera dei Gesuiti spagnoli del XVII e del XVIII secolo. All’inaugurazione del parco inviò il proprio saluto anche SS. Benedetto XVI. E recentemente sul colle Santa Ana è stata posta la cappella, quale luogo adeguato a confortare il ricordo col richiamo alla preghiera e al rito.
Il progetto definisce un volume semplice e limpido: la chiesa nella sua essenzialità, simile alle cappelle che i Gesuiti prima e, dopo la cacciata di questi, i Francescani, eressero nel territorio.
La struttura in legno di conifere delle Misiones all’esterno mostra un rivestimento bianco, che ben la fa risaltare nel contesto. All’interno l’aula liturgica è in legno a vista, come la struttura: e al fondo una parete totalmente vetrata dietro l’altare inquadra la grade croce che si vede più avanti spiccare sul rilievo. Essa resta pertanto anche come simbolo che dialoga direttamente con l’altare, in questo stabilendo una compenetrazione totale tra esterno e interno, ma soprattutto tra natura del luogo e sua memoria storica. (LS)
(Le foto di Ramiro Sosa sono tutte courtesy degli Architetti Cella)
Riportiamo di seguito la scheda tecnica e il resoconto dei progettisti.
Capilla de la Cruz
Ubicación: Parque de la Cruz , Santa Ana , Pcia. de Misiones.
Comitente: Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional a través de la Dirección de Planificación y Urbanismo a cargo del Arq. Norberto Meaurio.
Proyecto: Daniel Cella, Pedro Peralta y Lucia Cella, Arqs.
Dirección de obra: Ing. civil Carlos Restelli
Calculo: Ing. Carlos Alberto Perenson
Empresa Constructora: HIDRELCO SRL
Superficie Construida: 400 m2
Proyecto: 2011-2012
Fecha inauguración: marzo 2014
Memoria
Desde el punto de vista del entorno el lugar seleccionado para la capilla fue un claro existente en la selva con una diferencia de cota entre el camino de acceso y la capilla es de 15mts. A partir de este desnivel surgen las rampas que con una pendiente del 6% llegan hasta la plaza de acceso garantizando la accesibilidad a la misma.
Un aspecto singular de esta obra es su ubicación y materialización: Un prisma blanco apoyado sobre la ladera del cerro, a 15 mts. del camino de acceso, materializado a través de una estructura de hormigón y mampostería con un tratamiento plástico que le otorga terminación blanca homogénea para paredes y cubierta. Por su ubicación, sobre el cerro Santa Ana, desde la Cruz se divisan tanto tierras del Paraguay como de la Argentina, ambas partes del mismo territorio misional.
Para ubicar la capilla se selecciono un lugar descampado sobre la ladera del Cerro Santa Ana, ubicado en el camino que sube hacia la cruz, a 500 mts del acceso y a 1000 mts del monumento principal. El lugar del emplazamiento elegido por haberse erosionado y sin monte nativo, previamente a las obras, permitió no aumentar la huella artificial sobre el paisaje natural.
Desde el camino principal se asciende peatonalmente, mediantes rampas muy suaves hasta llegar a una terraza que hace las veces de atrio, desde donde se ve la cruz flotando en la selva. Esta terraza elevada, se aísla del circuito turístico y permite la realización de ceremonias que congreguen más cantidad de fieles, que las que puedan alojarse en el interior.
El exterior de la capilla, tanto sus paredes y techos son de color blanco, imitando las capillas jesuíticas y franciscanas erigidas en la etapa colonial. Para materializarla se usaron pocos materiales: revoque blanco, muros de piedra basáltica del lugar y pino taeda misionero
Los pavimentos exteriores son de ladrillos prensados colocados de canto y en el interior se uso mármol travertino, a fin de homogeneizar el color con la madera de paredes y techos. La estructura y la cubierta es de hormigón armado in situ, los cerramientos de la capilla son de ladrillos cerámicos huecos, con el siguiente tratamiento: hacia el exterior un revoque hidrófugo y grueso a la cal tradicional, sobre el que se aplico un mortero impermeabilizante cementício en capa fina ( con malla plástica para evitar fisuras) y como terminación una membrana impermeabilizante blanca ( tanto en paredes como en el techo).
Se utilizo pino misionero, variedad Taeda, de forestaciones implantadas, evitando enfáticamente el uso de madera nativa.
La capilla es un prisma de doble envolvente, donde el exterior es blanco para contrastar con la selva y el interior está revestido en madera para darle calidez.
La volumetría exterior está definida por la direccionalidad hacia la cruz y por la conexión lateral con la plaza atrio.
Cuando se ingresa a la capilla, la Cruz del parque se hace visible a través del altar de cristal transparente, quedando enmarcada por las paredes revestidas en madera clara. Ese recorte la acerca al interior de la misma y termina conformando el altar de la capilla.
Dentro de la capilla, hay un espacio dedicado a alojar un cuadro enviado por su Santidad el papa Benedicto XVI, con motivo de la inauguración del parque.
En un nivel inferior, ocultos en tras los muros de piedra basáltica del lugar y alejado de las principales visuales se encuentran, los servicios y la sacristía.
Manteniendo el corte de una iglesia tradicional, se busco que el interior sea cálido y austero. Cálido por el uso de madera, tanto en las paredes como en el techo y austero por el uso de un solo material para ambas posiciones, logrando el efecto envolvente y de contención que contrasta y acentúa la inmensidad del paisaje.
Sorprende que no se entre por el eje del altar sino por el lateral, obligando a girar al entrar a la pequeña nave y ver recortada la cruz en la inmensidad verde.
Posadas, octubre de 2014
